subido: 15 de Noviembre de 2016
25 km al norte de Pichilemu. Alrededor de 1910, Manuel Aspillaga Valenzuela diseñó lo que sería la casa de veraneo para sus descendientes. Con más de 1,600 mts cuadrados construidos, extensos jardines y varios senderos que recorrían la costa. Con una imponente fila de columnas, se enmarcaba la fachada principal con dos grandes esfinges egipcias, trabajo realizado ‘in situ’ por el connotado escultor catalán Juan Bautista Folia Prades en 1912. Numerosas son las historias de este palacete: En el gobierno de Salvador Allende, se cuenta que el presidente visitó en persona la residencia con la intención de convertirlo en un asilo de ancianos. En la década de los ’80s, se efectuó la compra de la propiedad a través de un “palo blanco” incentivado por Francisco Javier Errázuriz (conocido Fra Fra) del cual surgieron ciertos conflictos y concluyó en 1990 en un misterioso e infortunado incendio del cual sobrevivieron sólamente las esfinges y las columnas. Cabe agregar que para el terremoto de 1985 y de 2010, sufrió varios daños que hacen que esta mansión quede cada vez más en el olvido.
Cortesía de Raimundo Aspillaga
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