29 de Enero de 2021 | por: María Beatriz Moreno | 7702 visitas

Conocido también como Barrio Matadero Franklin, es uno de los más antiguos de Santiago y ha logrado construir una importante identidad barrial. Debe su origen a la construcción del antiguo matadero público de la ciudad hace más de ciento cincuenta años.


Compra y venta en el marcado persa, hacia 1960. Archivo Fotográfico y Digital Fondo Quintana; FB 0997

La historia de este barrio comienza a delimitarse a principios del siglo XIX, en el sector conocido en aquella época como El Conventillo, una chacra ubicada al sur de la Cañada, en los alrededores del zanjón de la Aguada, cerca de las actuales calles San Diego y Santa Rosa. En dicha zona se desarrollaban distintos paseos campestres que congregaron a miles de visitantes, siendo considerado como un sitio de recreo de los habitantes de Santiago, lugar que fue conocido como la Pampilla.


Fachada del antiguo Matadero Municipal, hacia 1900. Álbum de Santiago y visitas de Chile / Jorge Walton S. Santiago: Imprenta Barcelona, 1915. 1 Volumen. Memoria Chilena.

Dicho sector también fue conocido porque colindante a él coexistieron un sin número de conventillos y rancheríos generados por el espontáneo crecimiento urbano de Santiago, a partir de la migración campo-ciudad, la que se caracterizó por la búsqueda de mejores oportunidades de vida. Cabe agregar que la mayoría de estas personas no logró encontrar mejores condiciones de trabajo y se vio obligada a vivir en forma miserable en las zonas periféricas de la ciudad.

Hay que tener en cuenta que antiguamente el matadero público de la ciudad de Santiago se ubicaba en el terreno que hoy ocupa la Iglesia de la Gratitud Nacional. Dicho matadero fue conocido bajo el nombre de Matadero San Miguel y funcionó allí hasta mediados del año 1847. Debido a la relevancia que va cobrando la salubridad pública en ese entonces es que las autoridades deciden trasladar el matadero lo más alejado posible del centro de la capital, pues las distintas actividades involucradas en el faenamiento de animales eran altamente contaminantes y peligrosas para la salud.


Inauguración del Matadero. Sucesos. Valparaíso : [s.n.], 1902-1934 (Valparaíso : Universo) 32 v., n° 591, año XII, (22 ene. 1909)

De esta manera, en 1847, el nuevo matadero público se instala entre las actuales calles Franklin, San Francisco, Arturo Prat y Placer, en el sector sur de Santiago, una zona aledaña a la ruta que históricamente comunicó Santiago con las provincias y productos del sur del país. Es elegida esta zona, denominada por Benjamín Vicuña Mackenna como “potrero de la muerte”, principalmente por su ubicación y lejanía respecto de la civilización y centro de la ciudad.


Inauguración del Matadero. Sucesos. Valparaíso : [s.n.], 1902-1934 (Valparaíso : Universo) 32 v., n° 591, año XII, (22 ene. 1909)

Dicho hito fundacional significó el inicio de la urbanización del sector y de un valioso epicentro de desarrollo económico y social, debido al gran número de trabajadores atraídos por las nuevas oportunidades, siendo ellos quienes comenzaron a formar uno de los barrios más tradicionales de la ciudad. A partir de dicho hito todo cambió, pues un matadero representaba trabajo y alimento, cosas bastante escasas en ese entonces, pero indispensables. 

Es así como el Barrio Franklin se va configurando con una identidad popular ligada a las actividades comerciales y oficios de sus habitantes, no solo vinculadas a la venta de carnes y sus subproductos, sino que numerosas industrias, en los que destacaron los mercados, cocinerías, linotipias, curtidurías, mueblerías, talleres mecánicos y otras fábricas de mayor tamaño entre las que destacaron la Fábrica de Cartuchos y Artificios del Ejército, la Fábrica Nacional de Vidrios y la Refinería de Azúcar. 
También surgieron un sinfín de comercios ante el progresivo y exponencial crecimiento de las necesidades de sus nuevos habitantes, trabajadores y población fluctuante.  


Matadero de Santiago. Sucesos. Valparaíso : [s.n.], 1902-1934 (Valparaíso : Universo) 32 v., n° 363, año VIII, (19 ago. 1909)

De esta manera nacieron variados oficios que fueron transmitiéndose de generación en generación. Esto forjó un legado intangible en esta comunidad y a la vez una marcada impronta popular que la distingue de otros barrios de la ciudad desde hace décadas, que se expresa a través de su gente y sus poblaciones obreras.
Por otro lado, en el barrio también se desarrollaron espacios de sociabilidad popular. A finales del siglo XIX Franklin no es solo sinónimo de centro de abastos, sino que también de diversión y gusto por la bohemia capitalina, destacando las múltiples y concurridas chinganas y fondas. 

En sentido horario: tranvía en San Diego y Franklin (1939), cine Prat (1939), inundación en Placer y San Diego (verano de 1945), micro Vivaceta Matadero (1964). Revista Zig Zag.

En el mismo sentido, en el barrio se formaron nuevos círculos comunitarios y de esparcimiento como lo fueron los clubes sociales. Estos permitieron el desarrollo de agrupaciones barriales en los que imperaron actividades como la música, el baile, la gastronomía y el deporte, y a la vez brindaron cooperación, solidaridad y protección vecinal.
Cabe mencionar que debido a la gran oferta comercial que proporciona el barrio a él llegan miles de consumidores durante las últimas décadas del siglo XIX. Es así como se produce una mejora en la conectividad del barrio Franklin con el resto de la ciudad y el país. Un ejemplo de lo anterior fue la puesta en marcha en el año 1873 de los “tranvías de sangre”, línea de ferrocarril urbano que debe su nombre a que sus carros eran de tracción animal. Otro hecho importante en este aspecto fue la implementación de los tranvías eléctricos al sector lo que garantiza una mayor oferta de transporte público.

Diversos comerciantes callejeros, entre 1932 y 1933. En sentido horario: músico, puestos en feria de las pulgas, prestidigitador, japonés vendedor de galletas instantáneas. Revista Zig Zag.

En el año 1890 a una cuadra del Matadero se levantó la Estación San Diego, popularmente conocida como Estación Matadero, lo que permitió el crecimiento del flujo de mercancías que llegaban desde el sur, como también de consumidores. Esta estación funcionó hasta la década del
setenta, época en la que el Tren de Circunvalación de Santiago fue completamente desmantelado.


Góndola de matadero cruza por la estación San Diego, invierno 1930. Revista ZIg Zag.

A pesar de su lejanía con el centro de la ciudad, Franklin fue un barrio altamente concurrido por los capitalinos en aquella época. No obstante, el barrio tenía muy mala fama debido a la delincuencia, enfermedades y epidemias, vulnerabilidad social, desempleo, entre otros problemas relacionados a la situación conocida como “cuestión social”. En esta zona habitaba lo que la sociedad santiaguina de aquel entonces no quería revelar: los trabajadores desprotegidos, las familias hacinadas, los prostíbulos, etc., en resumen, una sociedad precaria alejada de los parámetros morales de la época.


Hornos de fundición de la Fábrica Nacional de Vidrios, 1903. Rojas Flores, Jorge / Los niños cristaleros : trabajo infantil en la industria, Chile 1880-1950 / Jorge Rojas Flores. 1a. ed. Santiago : DIBAM, 1996 (Santiago : Biblioteca Nacional) 135 p.

Ante esa situación, a inicios del siglo XX y bajo la presidencia de Germán Riesco, se llevan a cabo una serie de políticas públicas como respuesta a las demandas y necesidades sociales, entre las que destaca la Ley de Habitación Obrera del año 1906, que fomentó la construcción de viviendas higiénicas y baratas para los sectores populares. 
En el barrio Franklin destacan la Población Matadero y la Población Modelo Huemul, que son los primeros conjuntos de viviendas urbanas de la zona. Estas presentaban los servicios necesarios al interior de las residencias, esto es, agua potable, energía eléctrica y alcantarillado.

Calle de Población Huemul, hacia 1912. Imagen ambiental de Santiago 1880-1930 / Patricio Gross, Armando de Ramón, Enrique Vial. 1a. ed. Santiago : Universidad Católica de Chile, 1984 (Santiago : Alfabeta) 225 páginas

A pesar de las distintas medidas destinadas a la mejora de las condiciones de vida de la clase obrera, la crisis económica mundial del año 1929 visibilizó la precariedad de la economía chilena, siendo nuestro país uno de los más golpeados. 


Vista general de la Parroquia de Santa Lucrecia y Sección Benéfica, Población Huemul, 1918. Población Huemul : inauguración de la Sección Beneficencia / Caja de Crédito Hipotecario. Santiago de Chile : Sociedad, Imprenta, Litogr. Barcelona, 1918. 100 páginas


El barrio Franklin no fue la excepción, y tras las consecuencias económicas de dicha crisis, cientos de vecinos utilizaron sus aceras para vender productos de segunda mano y comenzaron a realizar labores de comercio ambulante, una actividad que estuvo presente desde los primeros poblamientos del sector. Así, se generaron mercados al aire libre o “persas”.

Por otro lado, en razón a la falta de higiene y precariedad de la infraestructura del Matadero Franklin, éste cierra sus puertas en el año 1972. Es así como se establece un matadero público moderno y mecanizado en Lo Valledor. Con esto se puso fin a toda una forma de vida, sin embargo, este barrio se rehusó a echarse a morir y espontáneamente los vecinos comenzaron a ocupar el patrimonio industrial en desuso para instalar sus actividades comerciales.  


Mercado persa. Archivo Fotográfico y Digital. Fondo Quintana ; FB-0663.

Tras la crisis económica de 1982, la Municipalidad de Santiago cede a pequeños comerciantes los antiguos galpones que habían quedado vacíos tras la quiebra y retirada de fábricas y talleres. De esta manera se instalaron formalmente los mercados persas en tales galpones. En la década de los noventa también se acondicionaron otras fábricas abandonadas. A la fecha hay más de cuatro mil quinientos pequeños locales. Tales mercados sin quererlo han sido lugares que resguardan y mantienen nuestra memoria, lo que se complementa positivamente con la búsqueda de protección patrimonial del sector y la conservación de su Zona de Conservación Histórica.
Es así como el barrio Franklin se ha configurado desde hace décadas como uno de los polos comerciales más importantes de Santiago.Hoy, cerca de cincuenta mil personas de distintos sectores de Santiago visitan cada fin de semana el barrio atraídos por la amplia oferta de locales gastronómicos, mercados, ferias de abarrotes, mueblerías y tiendas de antigüedades y “cachureos”, lo que en su conjunto lo ha posicionado como uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad y lo ha convertido en un imperdible panorama familiar capitalino.


Fachada del nuevo Matadero Municipal, obra del arquitecto Hermógenes del Canto, hacia 1915. Álbum de Santiago y visita de Chile / Jorge Walton S. Santiago: Imprenta Barcelona, 1915. 1 volumen. Memoria Chilena.