16 de Noviembre de 2022 | por: Paloma Ossa | 1123 visitas
La Casa Colorada es uno de los
pocos edificios coloniales que aún permanecen en pie. Se ubica en el corazón
del centro de Santiago, específicamente en la calle Merced, a un costado de la
Plaza de Armas de la capital.
Fue construida entre 1769 y 1779
como una mansión señorial, siendo su primer dueño Mateo de Toro y Zambrano,
presidente de la Primera Junta Nacional de Gobierno, quien habitó sus muros por
30 años. Su construcción estuvo a cargo de Joseph de la Vega, arquitecto
brasileño, quien la diseñó con elementos muy adelantados para la época: la estructura
cuenta con dos pisos y su fachada de ladrillo fue recubierta con piedra. Lo
anterior rompió con las tradiciones arquitectónicas de ese entonces, siendo
admirada y envidiada por la sociedad capitalina de la colonia.
Fuente: Museo Histórico Nacional
Mateo de Toro y Zambrano adquirió
los terrenos donde se encuentra la Casa Colorada gracias a un dinero prestado
de su suegra, doña Francisca de Borja de la Carrera. Sin embargo, la
construcción del inmueble demoró varios años debido a diversas interrupciones
por problemas entre Toro y Zambrano y doña Francisca, y los vecinos del lugar.
A pesar de ello, la Casa Colorada
ha sido una testigo fiel de los procesos históricos de nuestro país. Luego de
la muerte de su primer dueño en 1811, la propiedad pasó a manos del mayorazgo.
Posteriormente, fue requisada bajo el gobierno de O’Higgins en donde se instaló
el Cuartel General del Ejército liderado por San Martín. Tiempo después, la
mansión señorial fue entregada a Lord Thomas Cochrane, quien la devolvió al
gobierno una vez finalizadas sus labores. Finalmente, el gobierno de Chile
restituyó la Casa a la familia Toro y Zambrano, quienes habitaron el inmueble
hasta 1926.
En 1945, la Casa Colorada pasó a
ser una galería comercial llamada “Galería Colonial”, en donde se instalaron
diversos negocios y restaurantes hasta 1977, año en que fue declarada Monumento
Nacional, en la categoría de Monumento Histórico, con el objetivo de
restaurarla para convertirse en la sede de las Academias Chilenas de la
Historia. Cabe mencionar que debido a su uso comercial, el edificio sufrió
varias modificaciones, por lo que se perdió su distribución original.
Fuente: Enterreno.com
A finales de la década de 1960,
la vida de la Casa Colorada corrió peligro puesto que comenzaron a surgir
varios debates sobre su demolición debido a un posible ensanchamiento de la
calle Merced. Para el municipio, el inmueble representaba un gran obstáculo
para lograr lo anterior, por lo que decidieron crear un proyecto donde sólo se
demoliera una parte de la casona y desarmar su fachada, en donde la Dirección
de Obras crearía una nueva construcción junto con incorporar algunos de los elementos
retirados. Sin embargo, el Colegio de Arquitectos se opuso tajantemente a la
decisión del municipio, argumentando que la estructura original del edificio se
encontraba en buen estado. La presión del gremio obtuvo los efectos esperados,
por lo que la administración municipal desistió de demolerla y ésta se mantuvo
en su ubicación original.
Fuente: Subdirección de Cultura, Ilustre Municipalidad de Santiago
Luego de una serie de complejos
procesos para restaurarla, la Casa Colorada se convirtió en el Museo de
Santiago en 1981. Es así que comienza una labor educativa y artística dentro
del inmueble que buscan ser un aporte y enriquecer el círculo cultural de la
capital, funciones que siguen vigentes hasta el día de hoy, además de ser un
espacio que alberga diversas muestras y exposiciones artísticas.
Desafortunadamente, el terremoto
del 2010 provocó graves daños en la infraestructura de la Casa, sobre todo en sus
vigas originales hechas de roble y en el mortero que sostiene sus muros, por lo
que el Museo tuvo que cerrar para poder restaurar el edificio patrimonial.
Actualmente, la Casa Colorada
sigue cerrada para el público, puesto que se encuentra en un proceso de
restauración y reparación financiado por el Fondo de Desarrollo Regional. Con
esto, se busca rescatar el sentido patrimonial del inmueble y aumentar su valor
cultural. A pesar de ello, su mera existencia nos recuerda el Chile dominado
por el imperio español, y que es posible avanzar hacia la modernidad sin dañar
edificios que han sido testigos del avance histórico de nuestro país. Esperamos
que pronto la Casa Colorada pueda abrir sus puertas para continuar
deleitándonos con sus piezas de arte y su patrimonio.
La Casa Colorada antes de ser sometida a su última renovación. Fuente: Consejo de Monumentos Nacionales de Chile.