16 de Octubre de 2020 | por: Catalina Reyes | 4237 visitas
Las Iglesias de Chiloé son un ejemplo único de arquitectura religiosa a
nivel Latinoamericano, entregando relevancia y notoriedad excepcional a nivel mundial.
Estos templos, muchos de ellos construidos a principios del Siglo XVII a raíz
de la Evangelización por Jesuitas, no son solamente un espacio importante para
los devotos, sino que alrededor de ellas se generan cultura, identidad y
comunidad gracias a sus innumerables actividades y tradiciones, las cuales se
han logrado mantener hasta el día de hoy.
Iglesia
de Dalcahue (1986) Archivo Enterreno
Actualmente, son dieciséis iglesias las que están consideradas como
Monumento Nacional y Patrimonio Mundial por la UNESCO: Achao, Aldachildo,
Caguach, Castro, Chelín, Chonchi, Colo, Dalcahue, Detif, Ichuac, Nercón,
Quinchao, Rilán, San Juan, Tenaún y Vilupulli, además de otros diez sectores
circundantes a estas iglesias que han sido declarados Zonas Típica o Pintorescas.
Pero, cabe decir, que en la isla hay muchísimas otras iglesias que presentan
similares características y conforman una gran red de templos distribuidos por todo
el territorio.
Iglesia de Achao (1986) Archivo Enterreno.
Iglesia de Puqueldón (1895) Archivo Enterreno. Iglesia de Castro (1895)
Archivo Enterreno.
La arquitectura única que las caracteriza es uno de los valores más
importantes que poseen, ya que para la construcción de estas se unieron tanto
técnicas tradicionales chilotas como técnicas propias de los colonizadores. Su
composición, formas y espacios presentes en estos templos, fueron dándole un
carácter especial a cada una de las Iglesias que se fueron emplazando en la isla.
Siendo la madera nativa de la zona el material principal para la construcción
de éstas, se destacan además las técnicas arraigadas a la construcción de
embarcaciones en sus bóvedas.
Modelo concéntrico del espacio chilote
(2004) Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?pid=S0718-34022009000100003&script=sci_arttext&tlng=e#f1.
También surge la idea de situar iglesias dispersas
por toda la isla, lo cual contempló de alguna forma la vida “nómade” que
llevaban los pueblos originarios de Chiloé, influyendo inclusive en la forma de
evangelización que llevaron a cabo los Jesuitas en su momento, presentándose las
misiones circulares, que consistían principalmente en ir recorriendo la isla y
sus archipiélagos, armando a su paso pequeñas capillas, las cuales no estaban
consideradas como una construcción definitiva, pero a través del tiempo, estas
sirvieron para ir asentando y reorganizando la forma de vida dentro de la isla.
Pesca cerca de Dalcahue (1950) Archivo Enterreno.
Pero
el valor de las Iglesias de Chiloé no se limita solamente al templo en sí. La
explanada que siempre las precede, la casa sacerdotal, el muelle y el
cementerio aledaño, son elementos constantes dentro de la conformación del
espacio sagrado chilote, lo cual está intrínsecamente ligado al patrimonio
intangible de la Isla de Chiloé.
Fiesta de Nuestra Señora de la Merced en Aucar en
Parroquia de Quemchi (2015) Recuperado de http://www.iglesia.cl/29037-fiesta-de-nuestra-senora-de-la-merced-en-aucar-parroquia-de-quemchi-chiloe.html
Las innumerables celebraciones religiosas que se dan durante el año,
las cuales quedaron fuertemente arraigadas, son una clara expresión cultural y
social por parte de su pueblo, convirtiéndose en reuniones sociales de vital
importancia para la comunidad chilota. Aproximadamente se celebran 362
festividades diferentes las cuales se concentran mayoritariamente en los
meses de diciembre a febrero, y en su mayoría van dedicadas al patrono o la
Virgen de la localidad, dejando ver cómo se ha logrado mantener la identidad
cultural de Chiloé, a pesar del paso del tiempo y la inevitable llegada de la
globalización.
Fiesta de Nuestra Señora de la Merced en Aucar en Parroquia de Quemchi (2015) Recuperado de http://www.iglesia.cl/29037-fiesta-de-nuestra-senora-de-la-merced-en-aucar-parroquia-de-quemchi-chiloe.html
En las imágenes anteriores podemos apreciar la celebración de la Fiesta
de Nuestra Señora de la Merced en la Isla de Aucar. Estos registros nos
reflejan la conformación del espacio sagrado, la utilización de éste, la
explanada para la realización de la ceremonia, y la ubicación del cementerio
cercana al templo, además de mostrar cómo las tradiciones religiosas se
mantienen hasta el día de hoy en diferentes lugares de la Isla.
Ancud y su Catedral (1950) Archivo DIBAM.
Sin
duda podemos ver cómo las Iglesias de Chiloé representan un claro ejemplo de
sincretismo cultural, además de la unión inquebrantable entre lo que es el
patrimonio tangible, ligado a lo arquitectónico y el conjunto de espacios
físicos sagrados, y el patrimonio intangible presentes en las celebraciones que
se dan alrededor de estos templos, congregando comunidades enteras y generando identidad,
la cual es reconocida por todos sus habitantes.
Evolución
de la Iglesia de Castro (1985) Archivo Enterreno.
Todo
esto ha ayudado a que hoy en día, las personas que forman parte de esta comunidad
se esfuercen en continuar sus tradiciones, a pesar de la llegada inevitable de
la globalización a la Isla, y puedan tener la relevancia que tiene hoy en día y,
por consiguiente, el reconocimiento a nivel mundial.
Comunidad chilota. Consejo de Monumentos Nacionales.