22 de Septiembre de 2020 | por: Sandra Gaete | 4261 visitas
Lo Barnechea es una comuna relativamente nueva,
pero sus orígenes territoriales datan de tiempos pre-incaicos. Cuenta con
características bastantes peculiares, ya que se compone de una gran zona rural
y otra urbana, convirtiéndola en una de las más extensas de la zona
metropolitana.
Hasta hace pocos años atrás, conservaba una mezcla
heterogénea de gente, costumbres propias y vida de pueblo. En cierta manera
todos vivían alejados de la ciudad, por lo que las necesidades eran muchas
veces las mismas, tanto para los habitantes del pueblito, como para los
hacendados, o los nuevos vecinos, que se trasladaban más cerca del río y la
montaña en busca de un acercamiento y conexión con la naturaleza.
Sector La Dehesa en 1984. Aporte de Marcelo Berner, Archivo Enterreno.
Hoy siguen existiendo algunas de las fiestas y
tradiciones, en este sentido, la Corporación Cultural de Lo Barnechea ha
desarrollado una tarea importante en reconocer, rescatar y fomentar el
patrimonio tangible e intangible de la comuna.
El año 2013 se invitó a la comunidad a participar de este rescate,
aportando fotografías de sus registros personales, para realizar un archivo
digital que diera cuenta de cómo se vivía en la comuna, este registro se
tradujo en la publicación del libro “Lo Barnechea en imágenes”, que se regaló a
la comunidad y que está disponible en versión digital en su sitio web (https://www.lobarnechea.cl/LobarnecheaEnImagenes/)
Realizamos una selección especial de 10
fotografías de este libro para publicar en Enterreno que dan cuenta de la
historia local:
1. Los arrieros se convirtieron en los primeros guías, conocedores de la montaña, proveían de caballos y mulas a los excursionistas y sugerían las rutas. Las travesías podían durar varios días durmiendo a la intemperie o en gruesas carpas de lona. Camping, 1920.
Donada por Adolfo Dell’ Orto P.
2. “Tenía 25 años en 1952, y era un hermoso día de verano en mi cerro adorado. Corría una brisa tibia que rozaba nuestras mejillas, habitual en las tardes de Lo Barnechea. Todo olía a jazmín y espino fresco, estábamos rodeados de enormes manchones de flores silvestres, amapolas y flor del yuyo”.
Juanita Guerra Gómez. Cerro 18, 1952. Donada por Juanita Guerra Gómez.
3. “En el año 1940 se inauguró la línea de microbuses Mapocho-Apoquindo, con una dotación de cinco máquinas. Su primer recorrido, el número 67, se inició desde Mapocho hasta el sector de El Arrayán. Posteriormente, esta línea de microbuses amplió su recorrido al pueblo de Lo Barnechea y pasó a llamarse Mapocho-Las Condes”.
Sixto Frigiani Mariño. Línea de microbuses Mapocho-Apoquindo, recorrido 67, Sector El Arrayán, década del 40. Donada por Sixto Frigiani Mariño.
4. “Una vez al mes bajaba una liebre que llevaba a la gente a comprar mercaderías al pueblo. Esa era la única forma de poder comprar cosas para alimentarse. Los recursos en esa época eran demasiado escasos. Este cerro hoy en día está ubicado en la Curva 23 del Camino a Farellones”.
Francisca Pinto. Familia afuera de su casa en la Curva 23 del Camino a Farellones, año indefinido. Donada por Francisca Pinto.
5. “Es una fiesta muy importante, para la que nos preparamos todos, ayudando a los más pequeños a adornar sus bicicletas. Mis hermanos se amanecían adornando a los caballos y preparando los trajes de huaso para la fiesta”.
Marta Dávila Espinoza. Fiesta de Cuasimodo en Medialuna de Lo Barnechea, 1931. Donada por Constanza Guzmán.
6. “Nuestra vida transcurría entre escuela, patio y calle; la casa pobre en el valle, lejos de ruido y tranvía. Jugando día tras día no sabíamos de prisa, a lo más gozar la brisa que nos quemaba la cara”.
Ernesto Rojas Saavedra. Calle San Enrique, 1969. Donada por Ernesto Rojas Saavedra.
7. “Todo comenzó como un terreno agrícola ganadero, llamado Fundo La Cruz. Por necesidades del dueño se convirtió en una copia del pueblo del oeste norteamericano (…) al que se le llamaba Far West”.
Constanza Espinoza Martínez. Far West de Quinchamalí, 1973. Donada por Ariel Miranda.
8. “Hace muchos años, aproximadamente en la década de los treinta, se fundó una quinta de recreo (…) atendida por sus propios dueños, quienes decidieron crear dicha quinta en su propia casa (…) estaba ubicada en lo que conocemos ahora como Cuatro Vientos con Lo Barnechea. Este lugar era frecuentado por arrieros de Lo Barnechea, La Dehesa y El Arrayán”.
Francisca Carvajal. Quinta de Recreo El León, año indefinido. Donada por Francisca Carvajal.
9. La mina Los Bronces se encuentra casi invisible a los habitantes de Lo Barnechea. Ubicada a 65 kilómetros al interior de la cordillera y a unos 4 mil metros sobre el nivel del mar, es una de las más importante operaciones cupríferas del mundo. Allí trabajan alrededor de 7 mil personas. En 1924 fue inaugurado el andarivel industrial que reemplazó a las mulas en su trabajo, un gran adelanto para los mineros, pero una desgracia para los arrieros que trasladaban los minerales subiendo y bajando sin cesar.
Miguel Espinoza y un amigo en Asentamiento Minero Pérez Caldera, década del 60. Donada por Alejandro Valdivia.
10. Vecinos y foráneos se acercan a la cordillera buscando su silencio, el canto de los pájaros y la poderosa presencia de la naturaleza. En invierno la majestuosidad de la nieve atrae a cientos de esquiadores. En verano, los paseos al río refrescan las calurosas tardes.
Villa Paulina, 1987. Donada por Adolfo Dell’ Orto P.