7 de Octubre de 2017 | por: Trinidad Rivera Alliende | 38972 visitas
La capital de Chile ha vivido una gran evolución de sus medios de transporte ya que por su progresiva expansión demográfica y económica se empezó a demandar la implementación de una red capaz de relacionar las distintas partes de la ciudad.
El desarrollo tecnológico ocurrido en las distintas épocas provocaron que se cambiara de tipo de transporte. De los denominados “carros de sangre”, primer medio de movilización moderno en la ciudad, se ha ido evolucionando pasando de la fuerza animal a la eléctrica y la posterior introducción de los vehículos con motor a explosión.
Carros de Sangre: La ciudad de los caballos (1857- 1900)
En 1857 se inauguró en la Alameda el primer medio de transporte público capitalino: una línea de carros tirados por caballos, conocidos como carros de sangre, con una capacidad de 35 pasajeros aproximadamente.
Los primeros que existieron en la capital circularon por las calles Ahumada y Estado hasta el mercado y favorecieron al comercio. Luego la red creció y llegó a haber más de 200 carros de sangre y una dotación de más de 1000 caballos.
Carros de sangre, frente a Estación central
hacia 1880. Archivo de Urbatorium.
A pesar de los avances de la red de transporte los habitantes de Santiago se hallaban disgustados por el servicio prestado. La falta de puntualidad en el cumplimiento de horarios, aglomeraciones, carros sucios, caballos viejos y cansados y recorridos poco eficientes eran algunas de las críticas que circularon en ese tiempo, además de la inexistencia de organismos técnicos que regularan la cobertura y funcionamiento del servicio.
Fotografía de los
primeros carros o vagones tirados por caballos. Archivo de educarchile.cl, sin
fecha.
Tranvías eléctricos (1900- 1959)
El 2
de septiembre de 1900, la Chilean Electric Company puso en funcionamiento el
primer tranvía eléctrico de la capital. En tres años, Santiago ya contaba con 275 carros y 97 kilómetros de
líneas férreas que cubrían la parte de la ciudad más densamente poblada. Así,
durante más de medio siglo, los tranvías recorrieron las principales calles de
la capital.
Tranvía
eléctrico en la Alameda de Santiago, 1910. Archivo Enterreno.
Hacia 1918 el transporte tranviario vivió su período de mayor auge, donde existían en la ciudad más de cuarenta recorridos que incluían barrios como Estación Central, Recoleta, Providencia, Ñuñoa y Quinta Normal. Los
tranvías siguieron funcionando en Santiago hasta 1959.
Tranvía pasando frente a la Biblioteca Nacional en 1926. Archivo Chilectra, Enterreno.
Tranvías estáticos en el inicio de uno de sus recorridos, detacan los segundos pisos y los arteles publicitarios en cada uno de ellos.
Tranvía cruzando la Alameda de Santiago, desde Bandera en 1926. Archivo Chilectra, Enterreno.
Construcción de las líneas férreas, Calle Ahumada, 21 de abril de 1930. Archivo Enterreno.
Las Góndolas (1920- 1945)
En 1919 aparecieron los
primeros antepasados del microbús que con el tiempo se convirtieron en el
vehículo dominante en el transporte colectivo de la ciudad.
Góndola cruzando el club de la Unión, 1927. Archivo Chilectra, Enterreno.
Estas primitivas “micros”, con motor a bencina, no representaron una competencia al sistema tranviario. Tenían capacidad para 25 pasajeros, pero siempre se subían más, que colgados de las pisaderas laterales y del parachoques trasero viajaban por Santiago con el nombre de “Góndolas”. En Valparaíso las denominaron “Taguitas”.
Góndola Matadero Palma, Santiago década de 1940. Fuente Santiago nostálgico.
Trolebuses (1945- 1973)
Los primeros
“trolleybuses” empezaron a circular por Santiago en 1947. Esta masiva llegada
precipitó la desaparición de los tranvías eléctricos, que dejaron de circular
el 21 de febrero de 1959.
Inauguración Trolebuses ENT a Ñuñoa en 1952. Colección MHN, archivo de Micropolis.
Niños en trolebus, 1955. Colección MHN, archivo de Micropolis.
Frente a la competencia de los buses a diésel o
micros como se les conoce en Chile, los “trolleys” también desaparecieron pronto.
Trolebus de la ETCE, por avenida Irarrázaval en 1955. Colección MHN, archivo de Micropolis.
Construcción metro de Santiago (1969)
En la segunda mitad del
siglo XX las autoridades tomaron conciencia del crecimiento geográfico y la
densidad de la ciudad. Tras ver
distintas soluciones se llegó al consenso de crear un transporte subterráneo. En 1965 se consolidó el
proyecto y con el presidente Eduardo Frei Montalva en la cabeza se firmó el
Plan Regulador de Transporte de Santiago donde se proyectó configurar una red
integrada de 5 líneas de trenes subterráneos de una longitud de 80 kilómetros.
En 1969 comenzaron las
obras de la construcción de la Línea 1 y en 1975 se inauguró donde por primera
vez donde los ciudadanos pudieron subirse a un carro de metro y recorrer la distancia
entre las estaciones San Pablo y la Moneda, tres años después se inauguró la
línea 2 del metro.
Construcción de la línea 1 del metro en 1971. Archivo Enterreno.
A
principios de la década de los ochenta se terminaron los trabajos en la Línea 1
entre Escuela Militar y la estación San Pablo, alcanzando para entonces
una red de servicios de 25 kilómetros entre ambas líneas. Y durante los
siguientes años se abrieron más estaciones y metros hasta el día de hoy, siendo
uno de los transportes más utilizados por los santiaguinos.
Metro Los Héroes 1979. Fotografía de Jack Ceitelis. Archivo Enterreno.
Metro Los Leones y Paseo las Palmas de Santiago en 1980. Fotografía de Ana María Garretón, archivo Enterreno.
Micros (1980- 2006)
Durante
los años ´80 hubo una liberalización absoluta del transporte público,
manifestada en miles de micros particulares compitiendo por los pasajeros.
Recorridos como “Matadero- Palma”, “Recoleta Lira” u “Ovalle Negrete” son
algunos de los traslados que hasta hoy quedan en la memoria.
Micro del recorrido Ñuñoa- Cerrillos, 1982. Foto de Alexander Fuentes. Archivo Enterreno
Santiago, Paseo Ahumada en la década de los 60. Fotografía: Familia Muñoz de la Fuente. Archivo Enterreno.
Micro pasando frente a Iglesia Los Sacramentinos en 1971. Fotografía de Michael Mauney para la Revista Life. Archivo Enterreno.
El 16 de octubre de 1992 se inauguró el nuevo sistema licitado de
Locomoción colectiva, donde se tuvo control del transporte. “Las micros amarillas”,
que estuvieron presentes en las calles de Santiago hasta el 2006 con la puesta en
marcha del Transantiago.
La Alameda en 1996. Fotografía de Cristián Cortés. Archivo Enterreno.
Micro Amarilla en 1997. Archivo Enterreno.
Estas micros son parte de las postales históricas de la ciudad y forman
parte de la cultura popular del país, por su dinámica folclórica que integraba
comerciantes ambulantes, artistas callejeros, etc.
Micros amarillas pasando por el Barrio La Bolsa de Santiago. La foto es de Thomas Hoepker para Magnum Photos. Archivo Enterreno.
Alfredo Ladino
Me encantó el Artículo, a mi en lo particular me gustaban mas las micros de colores esos de comienzos de los 80s.. las Matadero Palma, Mapocho Endesa, Recoleta Lira, Peñalolen Quilicura, Pila Recoleta, etc... las micros amarillas las encontraba fomes