Mi abuelo junto a su Mercedes-Benz 230 de 1980 en un viaje familiar realizado a Santa Bárbara en 1997, pocos días luego de comprar el auto en Concepción.
El lugar precisamente es en el Puente Queuco, en los Altos del Bío-Bío.
Hace poco encontré el auto de nuevo tras 20 años sin verlo y se lo compré al mismo caballero al que se lo vendió mi abuelo en 2003. Mi abuelo a la fecha de esta publicación tiene 82 años, pero aún tiene toda la energía del mundo y quedarme con este recuerdo de él no tiene precio.