14 de Octubre de 2020 | por: Francisca Guzmán | 4701 visitas
Como una máquina del tiempo, las calles del Barrio Yungay son capaces
de trasladar a los transeúntes a una de las primeras planificaciones urbanas de
la ciudad de Santiago. El barrio, fundado a modo de celebración del triunfo de
Chile en la Batalla de Yungay a la cual debe su nombre, se caracteriza por su
importante arquitectura patrimonial.
Plaza Yungay. Memoria Chilena.
El terreno perteneció en primera instancia a
Pedro de Valdivia, quien se lo entregó a su compañero de armas Diego García de Cáceres, en
forma de pago por su ayuda en la conquista. Tiempo después llegó a manos de la
familia Portales, y luego compradas por
el Estado y aristócratas vinculados al mundo cultural. El barrio fue diseñado por
Jacinto Cueto y Juan de la Cruz Sotomayor.
Sus primeros habitantes fueron clases adineradas
e intelectuales de la época, quienes dejaron hermosas casas y construcciones
que datan incluso del siglo XVIII. Entre los estilos de los edificios se puede
apreciar el estilo Bauhaus y Art Decó, que sumados al colonial del barrio y las
casas contiguas hacen de este lugar uno de los más típicos y populares de Santiago.
Enterreno Chile
Entre algunas de las familias más reconocidas,
residentes del barrio, figuraron Domeyko y Falabella. La primera dejó un
vestigio arquitectónico que es apreciable hasta nuestros días, La casa Domeyko
destaca por su fachada roja que es parte del casco histórico del barrio. La
casa representa el estilo de vida de las antiguas familias de Santiago, durante
la segunda parte del siglo XIX. Ésta es parte de la memoria colectiva de los
habitantes del Barrio Yungay, como una de las residencias que testimonia la
conformación de dicho barrio. La residencia fue centro de reunión de los jefes
de estado, ministros, científicos y autoridades de la época.
Fachada casona Domeyko. Consejo de Monumentos
La familia Falabella por su parte se asentó en el
centro de Santiago no solo a modo de residencia sino también de trabajo. La
primera tienda, de las que años más tarde se transformaría en una de las
cadenas comerciales más importantes del país, se ubicó en la calle Ahumada.
Sastrería
Falabella en Santiago en calle Ahumada, 1926. Memoria Chilena.
Durante el siglo XX, el Barrio Yungay tuvo mucha
actividad a raíz del auge del tren, dando lugar a la la
Estación Yungay, con líneas de trenes que conectaban a Santiago con Valparaíso.
Aún sobresalen algunos rieles del tren por las
calles aledañas a la Estación, muestra de uno de los últimos recuerdos
del paso de un tren por el sector. Lo que era la estación, ahora es un terreno
baldío.
Vista de las cabinas o casetas de
circulación Norte y Sur, respectivamente, por el lado poniente del
"triángulo" de rieles donde estaban las instalaciones del complejo de
la Estación Yungay (Fuente imágenes: ferrocarrilenlinea.blogspot.com)
Entre los tesoros históricos que se pueden
apreciar, se encuentra el Teatro Novedades. Construido en 1913 y reconstruido
en 1929 tras sufrir un incendio, fue un espacio donde se presentaban
importantes zarzuelas y obras. Tiempo después, también las películas mudas de
la época en acompañamiento de un pianista. Otro edificio de gran relevancia
histórica es la Peluquería Francesa, pionera en el barrio y que continúa
funcionando hasta la actualidad, sumando hoy la función de restaurante.
Flickr de don Patricio Lazcano
Campino (tomada de la página web oficial del Teatro Novedades).
Peluquería
Francesa. Foto: Santiago Turismo
Pero, sin dudas uno de los emblemas más
representativos es la Plaza Yungay, corazón de este barrio. en cuyo centro se
puede encontrar el monumento al Roto Chileno, un hombre de pie que defiende su
patria, la cual representa el “arquetipo de la chilenidad''.
Día del roto
chileno, fiesta popular en la plaza Yungay, 1944. Memoria Chilena.
En los años 40, se inicia la migración de las
familias acomodadas del sector hacia la zona oriente de Santiago. De esta
forma, el barrio recibió a nuevos habitantes atraídos por la emblemática fama
del área. Desde ese entonces, una de las características sería también la
multiculturalidad en el barrio, la cual ha permitido nutrir de una mixtura de
elementos culturales.
Fotografía extraída de revista enfoque.
Si bien parte de la arquitectura sobrevivió los
terremotos de 1985 y 2010, fue necesario reconstruir y mantener parte del
patrimonio dañado, lo que generó una organización de los vecinos, voluntarios e interesados en
la restauración digna de admirar. La respuesta vecinal de Yungay y de sus dirigentes
consolidan una identidad de barrio y de conservación del patrimonio nacional.