subido: 15 de Noviembre de 2016
El parque Italia es una plaza símbolo de Valparaíso, tanto por su ubicación privilegiada, que sirve al solaz de los porteños, como por el homenaje que constituye a la nación italiana y a la colectividad residente que, con esfuerzo y tenacidad, aporta al progreso y desarrollo de la ciudad.
Se encuentra emplazado en terrenos que pertenecieron a los padres mercedarios, los que los traspasaron al británico George Davies, que los mantuvo como sitio eriazo, para venderlos al francés Pablo Abadie. Era un área extensa, que se extendía desde avenida Francia hasta calle Freire y desde Pedro Montt hasta Independencia. El nuevo propietario transformó ese sitio en un jardín atractivo, cerrado por una verja artística. Lo dotó de árboles, palmeras y plantas finas, traídas desde Francia. Convirtió el lugar en centro de encuentro de la sociedad porteña, que además disfrutaba ahí conciertos y representaciones teatrales.
Los momentos de esplendor empezaron a decrecer al adquirirlo la Municipalidad en 1870, no obstante prosiguió como centro social abierto a la comunidad. Su extensión disminuyó porque perdió el tramo que va desde avenida Francia a calle General Cruz.
Se le conoció como parque municipal o Victoria, hasta que el 10 de mayo de 1922 tomó el nombre de Parque Italia, que ostenta hasta hoy. En esa ocasión estuvo presente el vencedor de la batalla de Venetto, el mariscal Enrique Caviglia, lo que acentuó el afecto por la nación amiga y la colectividad residente. Por allá por 1936 se afianzaron esos lasos con la instalación de la estatua de la Loba Capitolina.
La Unidad Popular denominó plaza del Pueblo a la explanada contigua, donde se encuentra una escenario, donde se instala la tribuna para las ceremonias militares, pero en ningún caso tal nombre altera el de parque Italia. Una resolución que habría tomado el concejo municipal días atrás para recordar a un fallecido político, no afecta al parque Italia, sino que se refiere a esa plaza del Pueblo.
Fotografía de Felix LeBlanc, Archivo de la Biblioteca Nacional.
Fuente: El Mercurio
Enviar email a autor